jueves, 7 de mayo de 2009

Hugh Jackman pretende hacer saga japonesa de Wolverine...

"Probablemente, seguro que sí me cansaré de él algún día", dijo Hugh Jackman sobre su personaje en X Men Orígenes: Wolverine, la cinta que se estrena este jueves.
Pero como en Hollywood mientras haya taquilla no es bueno abandonar los proyectos, el propio actor recula: "Pero ahora mismo me encuentro a gusto con él y, de hecho, estoy hablando con los guionistas sobre la saga japonesa, que es lo que primero leí cuando hice el primer X Men y pensé que daría para una película increíble", agregó.
Jackman se refiere a Wolverine Vol. 1, el cómic escrito por Chris Claremont e ilustrado por Frank Miller que relata el viaje de Wolverine a Japón, donde encuentra al amor de su vida, Mariko Yashida, la hija de un criminal.
"Espero poder hacerla", dijo Lauren Shuler, una de las productoras del filme. "Dependerá del resultado en taquilla de ésta", aseguró.
Por eso el actor, considerado el hombre más sexy del mundo por la revista People, centra sus esfuerzos en que Wolverine sea un éxito.
Para ello, vuelve a dejarse crecer la barba, a afilar las cuchillas y a fumarse unos puros, al estilo Clint Eastwood, mientras se enfrenta a sus enemigos. "Es todo mío, aunque no sé si es bueno admitirlo", dice.
"En las películas de X Men nunca llegué a estar satisfecho con la apariencia física del personaje", admitió el actor. "Para ésta, tenía una imagen en la cabeza. Quería que el público sintiese lo que yo sentí cuando vi a Robert De Niro en Cabo de miedo", comentó Jackman.
Todo un reto para alguien que nunca leyó un cómic hasta que le ofrecieron el papel para el primer X Men (2000), justo cuando se dedicaba al teatro en Londres. "Aquello era mi sueño. Todos los actores que admiraba surgieron de allí, por eso cuando conocí a Ian McKellen (Magneto en la saga) me pareció surrealista", explicó el actor.
"El teatro me asusta más que hacer de Wolverine", admitió Jackman, que respira aliviado cuando recuerda que, por una sola vez, no hizo caso a su mujer cuando leyeron juntos sus líneas de diálogo para el primer X Men. "Ella me dijo que era ridículo", dijo entre risas.
"Pero acepté. Este personaje es uno de los grandes retos de mi carrera y uno de los mejores que existen en el mundo del cómic. Su conflicto interno es muy interesante y lo sigo disfrutando; me encanta, si no, no seguiría interpretándolo", añadió.

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